15/11/08

Sábado 8 de Noviembre de 2008

Lloviendo en Pucón.

Pero amaneció con otro diluvio. Y pasaban las horas y no aflojaba si quiera. No podía salir bajo la lluvia con la bici… como el tiempo continuase así por mucho tiempo, tal vez tendría que considerar la idea de tomar un autobús y escapar a los desiertos del norte del país. No eran desiertos lo que yo había venido a ver a Chile, pero al menos no podrían darme mal clima. La predicción meteorológica anunciaba mejoría para el domingo, así que aún le daría una oportunidad al sur antes de tirar la toalla… pero una y no más.







Aproveché la lluvia para empezar a buscar trabajo por internet. Se suponía que estaba en excedencia en la empresa en la que había trabajado cinco años; pero no podía dar nada por seguro, y no contaba con que me readmitieran a la vuelta en enero. Y menos con los datos económicos que me llegaban en las noticias. En España ya casi alcanzábamos los 3 millones de parados… y el gobierno iba a garantizar carencias en las hipotecas de los parados. Mmmm, subsidios por desempleo a varios millones de nuevos parados, sufragio de las hipotecas malpagadas… a ver si después de todo, en lugar de la quiebra de los bancos y una probable expulsión del euro, nos íbamos a encontrar con la bancarrota del mismo Estado… como en los buenos tiempos de Felipe II. Tal vez la mejor opción era buscar trabajo en Chile, y olvidarme de mi condenado paisito por una larga temporada…







Por la noche volvieron los grupos de viajeros, y la pensión de Vivi se volvió a llenar de un ambiente familiar en los sofás del comedor. Con un té y alrededor de la estufa, volvía la charla hasta las tantas. Aunque decidido a madrugar y seguir el viaje contra viento y marea, no hubo tiempo ya de hacer grandes amistades. Helen viajaba en mi misma dirección, y me propuso comenzar la ruta juntos por la mañana. Tampoco supe decirle que no, pero ya me empezaba a fastidiar la idea de no gozar de la soledad que tanto aprecio, en la única compañía de mis pensamientos y de la naturaleza. Ya le empezaba a coger cariño a la holandesa, pero tenía que pensar cómo darle esquinazo. Nada personal, es que prefiero viajar solo.
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